Creando historias



"Vive a mil 🔥 Ama sin miedo ❤️‍🔥
El amor —a ti, a tu gente, a lo que sueñas— es el mejor antídoto pa’ ser feliz de verdad.
Di sí a ti, di no a las drogas 💪✨

Analiza cómo te sientes ahora que has aprendido un poco más de lo que son las drogas y el daño que ocasionan, crea una pequeña historia sobre el tema y compártela con tus compañeros, considera lo aprendido en estas nueve semanas, las acciones que se han trabajado con diferentes maestros, el impacto que se logró y tus compromisos. 
 

Te comparto una historia 

Déjame contarte la historia de Wendy, una adolescente que luchaba con una adicción a las drogas. Una noche, mientras trabajaba, decidí apagar las notificaciones de mi celular para no distraerme. Era alrededor de las nueve. Terminé mi jornada a las once y al revisar mi teléfono encontré un mensaje de Wendy. Me decía que planeaba quitarse la vida. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Habían pasado dos horas desde que envió ese mensaje y yo no lo había visto.

De inmediato le respondí, temiendo lo peor. No obtuve respuesta. Insistí varias veces hasta que finalmente recibí un mensaje desde su número, pero no era ella. Era su madre, quien había tomado el teléfono. Le expliqué la situación, le pedí que no lo ignorara. Su respuesta me dejó helada: "Esas son tonterías, está chiflada". Aun así, accedió a entrar en la habitación de Wendy para ver qué sucedía.

Por fortuna, la encontró de pie. Conversaron, pero no pareció tomarlo con la seriedad que merecía. Traté de convencer a su madre para buscar ayuda profesional. Sin embargo, no quiso proporcionarme su dirección para canalizarla adecuadamente. Solo prometió "estar al pendiente" de su hija.

Como parte de los protocolos de la institución, se levantó un acta y el caso fue reportado a las instancias correspondientes. Wendy recibió atención médica y psicológica por un tiempo. Un mes después hablé con ella. Necesitaba contarme lo que había pasado esa noche. Me confesó que estaba a punto de hacerse daño cuando su madre entró a la habitación.

Ha pasado casi un año desde ese día. Wendy tuvo que dejar la escuela; la carga académica se volvió insostenible. Su entorno familiar no ayudaba. Su padre no estaba presente, y tanto sus dos hermanos mayores como su madre consumían drogas. En casa no había comida, el refrigerador estaba vacío, y ella salía en busca de cualquier cosa que la ayudara a sobrellevarlo. Lo único que encontraba era droga. Eso la calmaba; la hacía olvidar el hambre y los problemas, aunque fuera solo por unas horas.

 Lamentablemente, al dejar la escuela, perdí contacto con Wendy. Solo espero que esté bien, que haya encontrado una salida.

Cada historia como esta me recuerda lo importante que es escuchar, no minimizar, y actuar a tiempo. 

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios